¿Usted, le dispararía?

Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez

 

 

Supongamos que a Usted y a mí nos invitan de cacería a un rancho donde abundan los jabalíes. Pero al llegar, el mayordomo nos advierte que el día anterior llegaron otros cazadores, por lo cual nos sugiere ser muy precavidos. Así las cosas, nos adentramos en ese lugar, y después de un buen tiempo, descubrimos un matorral en el que se mueve “algo”, lo cual nos hace suponer que ahí se esconde un estupendo jabalí; pero como el arbusto es muy tupido, no nos permite estar seguros.

¿Usted le dispararía?, ¿No?, ¿Por qué? Bueno, pero supongamos que gracias a unas huellas que pudimos ver cerca de ese lugar tenemos en 50 por ciento de probabilidades de que sí se trata de un jabalí... entonces, ¿Sí dispararía? Ahora bien, pensemos en que el matorral no es muy grande, y esto aumenta el porcentaje de probabilidad a favor de que se trata de uno de esos animales... ahora ¿Sí dispararía? Pero, bueno Pepe... o como te llames, (ya te estoy hablando de tú) parece que tienes ganas de regresar a tu casa sin cazar, ¿Qué te pasa? ¿Me puedes decir de una vez por todas, cuándo vas a jalar del gatillo?

Ahora bien, un hombre o una mujer, son un compuesto de cuerpo humano y alma humana. Ésta última, de naturaleza espiritual, lo cual se descubre por sus funciones, que no pueden ser de puramente mecanisistas. Pienso que éste puede ser nuestro punto de partida para llegar a una conclusión de vida o muerte.

El segundo argumento lo tomaremos de lo que dicen los estudios más avanzados de Genética, donde se afirma que el cigoto u óvulo fecundado (Al cual algunos tramposamente lo apodan: “producto”) contiene toda la información genética, que evolucionará hasta madurar por completo en el desarrollo del cuerpo humano, e incluso, de algunas características psicológicas, es decir que sólo necesitará nutrirse dentro, y más tarde fuera, del seno materno para poder llegar a ser mecánico, paracaidista, enfermera, o ama de casa.

De acuerdo a lo anotado arriba se deduce que, si ya tiene el cuerpo, sólo le faltará el alma para poder hablar de una persona completa. Pues bien, hay quienes niegan que un feto durante las primeras semanas o meses de vida, sea un ser humano. Pero desde la lógica más elemental deben suponer que lo que le falta es el alma, dado que el cuerpo ya lo tiene -aunque muy pequeño- y su desarrollo se llevará a cabo durante toda su vida.

Todavía no existen aparatos para ver y medir el alma. No existen pruebas científicas para demostrar que un feto no es persona. Por lo tanto, ésta es una simple hipótesis la cual exigirá una demostración irrefutable. En cambio, hay datos para apoyar que el cuerpo, al que sólo le falta desarrollo, sí tiene alma, dado que es un ser vivo, y lo que da vida al cuerpo es esa realidad llamada alma. (Un cadáver es un cuerpo sin alma).

Sin embargo, hay médicos y enfermeras que queman químicamente, y descuartizan a seres humanos por el error de confundir el alma con la actividad cerebral. En este caso, como en muchos otros, los amantes de la verdad deberían escuchar otras voces, y no sólo lo que les dicen los encefalogramas... y las presiones políticas motivadas por intereses internacionales.