Caretas
Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez
Mientras escribo estas líneas me acuerdo de lo que decía un amigo:
“Hace a￱os tenía muchos sue￱os… Ahora, tengo sue￱o, y muchos
a￱os”.
Los jóvenes muchas veces —sin darse cuenta de ello— viven con la
idea de que la historia comenzó cuando ellos nacieron; como si lo
que han vivido sus antepasados fueran estereotipos inservibles por
pertenecer a épocas pasadas. ¡Pobrecitos ingenuos!
La ventaja es que tarde o temprano se darán cuenta —como
también nosotros tuvimos que aprender— que es mejor vivir
sanamente respetando nuestra naturaleza, que es limitada. No
podemos volar como las aves ni nadar como los peces; ni ser ricos
y poderosos sin esforzarnos. Aclaración: Hay quienes sí nacen
ricos, pues sus padres ya lo eran, pero esa “minoría”… no es la
“mayoría”. (Aquí termina la aclaraci￳n).
Hoy muchos millones de personas en todas partes pueden disfrutar
de comodidades que eran impensables hasta hace pocos años, pero
los problemas propiamente humanos, como la necesidad de afecto
sincero, y de la ayuda afectiva incondicional, no desaparecerán de
la faz de la Tierra, y las generaciones del presente no están
capacitadas para superar dichos problemas, pues sus padres los
están consintiendo demasiado favoreciendo su egoísmo y
comodidad.
Esta es la razón por la que proliferan tanto los vicios como las
drogas, el alcoholismo, la pornografía y el juego —por mencionar
algunos—, ya que las ansias insatisfechas de felicidad se tratan de
compensar con estimulantes de todo tipo, mientras quienes se
deslizan por esas pendientes pronunciadas y bien lubricadas, usan
caretas para que los demás piensen que son felices.
Caretas sonrientes para reír de chistes baratos y simplones. Para
enajenarse en placeres o actividades “electrizantes” que no llenan
nuestras ansias infinitas de felicidad.
Cuando a veces les pregunto a algunos jóvenes —hombres o
mujeres—: ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás viviendo así? (Alcohol,
drogas, sexo…) suelen contestar: ¡No lo sé! Y “eso” es lo más
preocupante. Sencillamente van en sentido contrario en el camino
para alcanzar la verdadera felicidad.
Qué terrible realidad la de aquellos muchachos que, queriendo ser
libres para gozar sus vidas sin que nadie ni nada se los impida,
aparentan no necesitar de nadie. Pero con su irritabilidad, y sus
frecuentes enojos, demuestran su inconformidad con la vida.
Las técnicas y los adelantos nos brindan más comodidades pero,
por otra parte, nos van haciendo más frágiles, y como los
problemas aparecen necesariamente en la vida de todos, hemos de
concluir que nuestros jóvenes no están preparados para
enfrentarse a esas dificultades. Por eso, muchos viven con miedo al
futuro.
Las falsas ideas que confunden a los muchachos como: “Serán
responsables si tienen relaciones sexuales usando preservativos”,
no toman en cuenta que la palabra “responsabilidad” viene de
“responder”.
Con el mismo argumento se les podría animar a practicar la
bulimia, pues si vomitan evitarán engordar; lo cual es muy
preocupante, pues México es primer lugar en obesidad infantil y
juvenil. Es decir los muchachos están siendo víctimas de mentiras
oficiales.
No siempre lo más cómodo es lo mejor.
www.padrealejandro.com