Que 20 años no es nada

Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez   

 

Normalmente cuando se habla de música clásica se suele entender que se refieren a conciertos, sinfonías y obras de autores como Bach, Chopin, Beethoven, Tchaikovski, Brahms, Liszt y muchos otros. Sin embargo, como suele suceder en las diversas culturas, hay piezas de música popular que llegan a adquirir la categoría de clásicas, es decir que resisten el paso del tiempo y siguen agradando a gente de diversas generaciones. Así por ejemplo, dentro del Rock hay un sinnúmero de piezas que siguen siendo aceptadas a pesar de tener más de 50 o 60 años. Ejemplos claros de esto los encontramos en la música de Elvis Presley y los Beatles.
Ahora quisiera referirme a un hermoso tango titulado Volver, donde dice: “Que 20 años no es nada”, pues en estos días cumplo 20 años de estar publicando en diversos medios completando, con el presente, 1000 artículos en las páginas de opinión. Durante este tiempo he podido tratar temas muy diversos.
Yo no concuerdo con que 20 años no es nada. En este tiempo, los cambios que hemos podido ver en la sociedad, las comunicaciones, la electrónica y en muchos otros temas han sido asombrosos. Cuando comencé a publicar era necesario enviar el material por fax o llevarlo en papel a la redacción de los periódicos.
Recuerdo bien que cuando le pedí al Lic. Jorge Villegas que me publicaran en el aquel entonces Diario de Monterrey y me aceptó, publiqué un artículo que fue refutado por una famosa editorialista de otro periódico. Los adjetivos que esta mujer usó para calificar mi texto, y a mi persona, eran un poco “negativos”. Curiosamente, aquel fue un detonador para que mis bonos subieran de forma automática ante los ojos del departamento de redacción… y todavía sigo publicando.
Es de justicia que ahora agradezca a mi excelente amigo Manuel Yarto su incondicional colaboración corrigiendo todos mis textos de forma absolutamente desinteresada. Su paciencia y su constancia son ejemplares.
Ahora bien, en una sociedad tan variada caben todo tipo de ideas, y considero que es bueno que así sea. Los criterios de partido único ya no son válidos en ningún aspecto de la vida. La pluralidad enriquece, cada vez que actuamos como seres humanos dentro de las normas de convivencia social básicas. Disentir siempre es válido en los temas opinables.
Por otra parte, como no tenemos idea de qué sea lo que nos depare el futuro, tratar de imaginar cómo será el mundo dentro de 20 años es simplemente una novela de fantasía. Si pensamos de forma individual, es muy probable que muchos no lleguemos vivos al 2034. No cabe duda que la vida es una ruleta de la suerte, y esto podemos afrontarlo con optimismo o pesimismo. Me inclino a pensar que es mejor ser optimistas, por lo menos, psicológicamente es más sano, y para quienes tenemos la dicha de haber recibido la fe en Dios, es una obligación.