Oración por los niños
Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez
Desafortunadamente no tuve suerte buscando en Internet al
autor de esta oración, y la verdad, sí quisiera saber quién es. Si alguien puede
sacarme de mi duda se lo pido vehementemente. Sé que tiene ya varios meses, por
lo menos, en algunos portales, pero yo hasta esta semana la conocí y la
disfruté, pues entre otras cosas me hizo pensar. El resto de esta página no es
mío.
Quiero pedir por los niños que dejan sus dedos llenos de chocolate en
todo lo que tocan, que saltan en los charcos y arruinan sus pantalones nuevos,
que comen dulces antes de la comida y que nunca encuentran sus zapatos en la
mañana.
Quiero pedir por los niños que miran a los fotógrafos desde atrás de
los alambres de púas, que nunca han caminado por la calle con un par de zapatos
nuevos, que nunca han jugado "encantados". y que han nacido en lugares a donde
nosotros jamás nos acercaríamos, que es donde probablemente morirán.
Quiero
pedir por los niños que nos dan besos pegoteados de caramelo y ramos de flores,
que duermen con su perro y quieren enterrar a sus pescaditos, que nos abrazan
muy fuerte y que olvidan su dinero para la merienda, que riegan la pasta de
dientes por todo el baño, que observan con ojos asombrados a su padre cuando se
afeita y a su madre mientras se maquilla, que hacen ruido cuando toman la sopa.
Y también quiero pedir por los niños que nunca han comido postre, que no tienen
cobija favorita que llevar a todos lados, que ven a sus padres sufrir, que se
acercan a nuestros coches en cada crucero pidiendo con sus ojos, que no tienen
baños para asearse, y cuyas fotos aparecen en las estaciones de policía y no en
las oficinas de sus padres.
Quiero pedir por los niños cuyas pesadillas
suceden a plena luz del día, que comen lo que encuentran, que duermen bajo el
cielo abrigados por periódicos, que nunca han ido al dentista, que no reciben
mimos de nadie, que van a dormir hambrientos y despiertan hambrientos, que no
tienen dirección.
Quiero pedir por los niños a quienes les gusta que los
carguen y por aquellos que tienen que ser cargados, por los que se dan por
vencidos y por los que siguen luchando, por los que no encuentran manos que
tomar.
Por todos esos niños, Señor, quiero pedir el día de hoy, porque todos
son valiosos, dan una nueva forma de amor a nuestras vidas y una razón para
vivir, porque ellos nos hacen sentir la necesidad de comprometernos a construir
un mundo más justo.
Rezo y pido por nuestros hijos, los que nacieron y los
que nacerán, porque son la mejor esperanza para nuestro mundo, la compensación
de nuestro trabajo, la realización de nuestros sueños incompletos, la garantía
de nuestra inmortalidad... y la muestra de que Dios no ha perdido la esperanza
en los hombres.
Por todos los hijos del mundo, para que Dios los bendiga con
amor y alegría.
Amén.