Menos niños en África
Gracias al correo que me envió un buen amigo copio algunos párrafos de una carta
enviada por una mujer africana de 32 años, Obianuju Ekeocha, a Melinda Gates,
quien fuera empleada de Microsoft y se casó con Bill Gates con quien creó una
organización de caridad.
Actualmente Melinda está promoviendo una
multimillonaria campaña de recaudación de fondos (4.6 billones de dólares) para
que las mujeres de los países más pobres sean menos fértiles. Esto no resulta
raro dentro de una cultura antinatalista d e acuerdo a los programas
internacionales estadounidenses de planificación familiar, es decir los
programas de Estados Unidos para controlar la natalidad fuera de su territorio.
Aunque suene raro, así es.
Habiendo crecido en un pueblito apartado de
África -dice la señora Ekeocha- he sabido siempre que una nueva vida es
bienvenida con gran gozo y alegría. Nosotros, como sociedad, amamos y acogemos a
los bebés. Yo me formé y trabajé por casi cinco años en un ambiente médico en
África, sin embargo nunca escuché el término clínico “depresión post-partum”
hasta que fui a vivir a Europa.
En medio de todas nuestras aflicciones y
dificultades africanas, en medio de las inestabilidades socio-económicas y
políticas , nuestros bebés son siempre un firme símbolo de esperanza, una
promesa de vida, una razón para luchar por una herencia de un futuro mejor.
Su compromiso es para conseguir que la mujer africana sea menos fértil,
menos gravada y más “liberada”. Con su inestimable riqueza quiere remplazar la
herencia de la mujer africana (su niño) con la herencia de “sexo
libre-de-niños”.
Resulta interesante ver como gente con un nivel de
instrucción mucho más bajo puede entender claramente cosas que la lectora
promedio de Vogue o Cosmopolitan, de clase alta, se rehusa a entender. Quizá es
la humildad lo que hace la diferencia.
Un acceso ilimitado y facilitado a
contraceptivos en África seguramente aumentará la infidelidad y la promiscuidad
sexual a medida que el sexo es presentado como un placer casual que puede
practicarse sin condiciones, y sin bebés.
Yo sólo puedo ver que estos
4.6 billones de dólares nos comprarán miseria. Veo que nos comprarán maridos
infieles. Veo que nos comprarán calles vacías de las voces inocentes de los
niños. Veo que nos comparán enfermedades y muertes prematuras. Veo que nos
comprarán ser pensionados sin el cuidado tierno y amoroso de nuestros hijos.
Lo que se necesita en África son: 1- Buenos sistemas de salud (especialmente
pre-natales, neo-natales y de cuidados pediátricos). 2- Programas de
alimentación para niños pequeños. 3- Buenas oportunidades de educación superior.
4- Programas de castidad. 5- Apoyo a oportunidades de micro-empresas para
mujerse. 6- Fortalecer ONGs ya establecidas que protejan a la mujer del tráfico
como esclavas sexuales, la prostitución, el matrimonio forzado, el trabajo
infantil, la violencia doméstica, los crímenes pasionales, etc.
Su
herencia al África puede ser de 4.6 billones de dólares, pero por favor, que sea
una herencia que lleve vida, amor y sonrisas al mundo necesitado.
Esta
carta nos muestra el otro lado de la moneda; desde la visión africana.