Menos niños en África

Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez   

 

Gracias al correo que me envió un buen amigo copio algunos párrafos de una carta enviada por una mujer africana de 32 años, Obianuju Ekeocha, a Melinda Gates, quien fuera empleada de Microsoft y se casó con Bill Gates con quien creó una organización de caridad.

Actualmente Melinda está promoviendo una multimillonaria campaña de recaudación de fondos (4.6 billones de dólares) para que las mujeres de los países más pobres sean menos fértiles. Esto no resulta raro dentro de una cultura antinatalista d e acuerdo a los programas internacionales estadounidenses de planificación familiar, es decir los programas de Estados Unidos para controlar la natalidad fuera de su territorio. Aunque suene raro, así es.

Habiendo crecido en un pueblito apartado de África -dice la señora Ekeocha- he sabido siempre que una nueva vida es bienvenida con gran gozo y alegría. Nosotros, como sociedad, amamos y acogemos a los bebés. Yo me formé y trabajé por casi cinco años en un ambiente médico en África, sin embargo nunca escuché el término clínico “depresión post-partum” hasta que fui a vivir a Europa.

En medio de todas nuestras aflicciones y dificultades africanas, en medio de las inestabilidades socio-económicas y políticas , nuestros bebés son siempre un firme símbolo de esperanza, una promesa de vida, una razón para luchar por una herencia de un futuro mejor.

Su compromiso es para conseguir que la mujer africana sea menos fértil, menos gravada y más “liberada”. Con su inestimable riqueza quiere remplazar la herencia de la mujer africana (su niño) con la herencia de “sexo libre-de-niños”.

Resulta interesante ver como gente con un nivel de instrucción mucho más bajo puede entender claramente cosas que la lectora promedio de Vogue o Cosmopolitan, de clase alta, se rehusa a entender. Quizá es la humildad lo que hace la diferencia.

Un acceso ilimitado y facilitado a contraceptivos en África seguramente aumentará la infidelidad y la promiscuidad sexual a medida que el sexo es presentado como un placer casual que puede practicarse sin condiciones, y sin bebés.

Yo sólo puedo ver que estos 4.6 billones de dólares nos comprarán miseria. Veo que nos comprarán maridos infieles. Veo que nos comprarán calles vacías de las voces inocentes de los niños. Veo que nos comparán enfermedades y muertes prematuras. Veo que nos comprarán ser pensionados sin el cuidado tierno y amoroso de nuestros hijos.

Lo que se necesita en África son: 1- Buenos sistemas de salud (especialmente pre-natales, neo-natales y de cuidados pediátricos). 2- Programas de alimentación para niños pequeños. 3- Buenas oportunidades de educación superior. 4- Programas de castidad. 5- Apoyo a oportunidades de micro-empresas para mujerse. 6- Fortalecer ONGs ya establecidas que protejan a la mujer del tráfico como esclavas sexuales, la prostitución, el matrimonio forzado, el trabajo infantil, la violencia doméstica, los crímenes pasionales, etc.

Su herencia al África puede ser de 4.6 billones de dólares, pero por favor, que sea una herencia que lleve vida, amor y sonrisas al mundo necesitado.

Esta carta nos muestra el otro lado de la moneda; desde la visión africana.