Sexo entre adolescentes
Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez
Acabo de leer una nota publicada esta semana en El
Heraldo de Chihuahua: “De cada 10 embarazos en Chihuahua, cuatro son en
adolescentes; ante ello es necesario que se capacite sobre los métodos de
anticoncepción y para ello se instalaron módulos de atención para los jóvenes,
en los que se les explican cuáles son los métodos de barrera, naturales y
hormonales El secretario de Salud, Sergio Piña Marshall, destacó que en la
adolescencia es normal que empiecen a tener predilección por el sexo, pero hay
que tener cuidado y prevenir que no sucedan embarazos no deseados y, en caso de
que sucedan, los jóvenes deberán de cuidar el embarazo, ir con el médico y
cuidar que el “producto” nazca lo mejor posible”.
No cabe duda que el tema es
sumamente delicado. Por otra parte, no dudo de la buena intención de muchos
servidores sanitarios (médicos, enfermeras, trabajadoras sociales…) quienes
colaboran con este tipo de campañas. Sin embargo estoy convencido de que el
planteamiento sufre de un defecto estructural grave.
Suponer, por principio,
que los jóvenes son incapaces de dominar sus instintos es partir de un hecho
mañosamente interpretado, pues la realidad es que, al advertir la inmadurez
propia de estas edades se les están facilitando los medios para que puedan tener
una vida sexual activa. Por lo tanto, se promueve lo que se quiere evitar.
Claro que no se les obliga, -nada más faltaría eso- pero les están enseñando a
evitar embarazos en vez de enseñarles a ser dueños de sí mismos. Sé que esto
suena a ingenuidad, pero los resultados fácticos nos están demostrando el
fracaso de estas políticas gubernamentales. Por si fuera poco, constatamos a
diario un aumento de infidelidad matrimonial, crecimiento de divorcios y, lejos
de disminuir los embarazos de adolescentes, van en aumento.
La pretendida
“responsabilidad” no consiste en saber usar eficazmente un preservativo, sino
que requiere de una madurez de quien se sabe hombre o mujer, con inteligencia
racional y voluntad libre, en una relación interpersonal con otros seres humanos
de una dignidad suprema, que merecen y exigen tratarse mutuamente con respeto y
autocontrol.
Soy consciente de que a la Secretaría de Salud no le corresponde
educar a los jóvenes, pues ésta es una labor de los padres de familia, por lo
mismo, se están metiendo en una materia que no les corresponde.
Todos
sabemos, también, que existen intereses económicos, de compañías de fármacos y
de preservativos, junto con políticas internacionales muy fuertes que cantean
con trampa estos temas llagando a cometer gravísimas faltas éticas contra la
dignidad del ser humano, disfrazándose de bondadosas hadas madrinas.
Conclusión: Se están sustituyendo las virtudes con condones, y esto no mejora a
los jóvenes… simplemente los está desorientando.
Curiosamente las autoridades
sanitarias se han convertido en cómplices de la promiscuidad en que viven muchos
adolescentes. Y esto, señores, es muy grave.