El viaje del Papa
Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez
Que haya detractores del viaje del Papa a nuestro país y
a Cuba es lógico e inevitable. ¿A quién le podría extrañar? A lo largo de los ya
cumplidos 20 siglos de historia de la Iglesia han existido innumerables personas
que se creen con el derecho de prohibirnos creer en Dios. Solamente en los
primeros cuatro siglos de nuestra era fueron 10 los emperadores romanos quienes
persiguieron a los cristianos: Nerón, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio,
Septimio Severo, Maximino, Decio, Valeriano, Dioclesiano y Juliano.
Resulta
vergonzoso que a lo largo de los siglos el mundo haya sido ensangrentado por las
famosas guerras de religión en las que han participado judíos, cristianos,
musulmanes, sintoístas, animistas, en fin, de todos los credos. Las salvajadas
cometidas en los cinco continentes por estos motivos son incalculables. En
México hace menos de un siglo el general Calles se propuso eliminar a la Iglesia
Católica como lo hizo también Hitler en la Alemania nazi, pues fueron cientos de
miles de católicos los que murieron por su fe en los campos de concentración
junto con los judíos. Según diversos estudios, en el siglo XX han sido
asesinados unos 45 millones de cristianos en todo el mundo.
Parece que no
estamos dispuestos a aprender a respetarnos. Sigue siendo vergonzoso para la
humanidad que en territorios de Israel y Palestina el odio religioso mantenga un
estado de inestabilidad provocando más muertes y familias destruidas. Qué necios
somos.
Por otra parte, dentro de la Iglesia podemos encontrar a muchos
católicos adolescentes –Nota: no me refiero a los adolescentes católicos- sino a
aquellos que asisten a Misa dominical, pero se salen si el sacerdote se tarda
más de una hora, pues sienten (así, de “sentir”, no de razonar) que ellos ya
cumplieron con “la cuota”. Son quienes ven su religión como un conjunto de
formalismos con los que hay que cumplir, pero no se plantean tomarse en serio a
Jesucristo, con todas sus consecuencias.
Son los que dudan de Dios al
descubrir las miserias humanas de los sacerdotes o de los demás católicos y, por
lo mismo, se sienten eximidos de vivir cristianamente. Son quienes piensan que
saben de religión porque los prepararon para hacer su Primera Comunión o
estudiaron en una escuela católica, y critican con los argumentos que oyeron en
la televisión.
Claro que hay fanatismos religiosos, de igual manera que hay
fanatismos antirreligiosos… De los fanáticos, líbranos Señor.
En una encuesta
telefónica se preguntó “Si sería benéfica la visita del Papa a México”, De los
más de dos millones que contestaron un 47% dijo que mucho, un 20% dijo que poco
y un 33% dijo que nada. Lo curioso es que no preguntaron en qué: ¿En el
crecimiento de la fe, en la economía, en la preparación para las Olimpiadas, en
la política, en el turismo, en las mejoras laborales, en temas petroleros…,? No
cabe duda seguimos padeciendo de superficialidad y esto resulta muy peligroso,
pues de ahí al fanatismo la distancia es corta.