Querido 2011

Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez   

 

Algunos “expertos” de la cultura maya afirman que a ti te ha tocado ser el penúltimo año de la humanidad. Pero otros, no menos conocedores, afirman “que dicha profecía predice que a partir de 1999 nos quedaban 13 años, para realizar los cambios de conciencia y así desviarnos del camino de destrucción por el que hemos avanzado, hacia otro que abra nuestra razón para integrarnos con todo lo que existe”.
Por mi parte, quisiera hacer unas reflexiones sobre la forma en que te hemos aprovechado. Lo que está claro es que estos pronósticos le fallaron de a feo, pues no parece que estemos escarmentando, y seguimos igual que siempre.
Al ver las noticias, a veces me da la impresión de que soy uno de los pocos habitantes de este planeta que no tiene una cuerno de chivo. ¿Será cierto?
También está claro mi querido y agonizante año, que tú no has sido perfecto. Pero no es culpa tuya. No perdamos de vista que el único ámbito en donde existe el “Pretérito Perfecto” es la Gramática, pues en la realidad ni el pasado, ni el presente, ni el futuro son, ni podrán ser perfectos. El presente y el futuro son perfectibles y eso depende, en buena parte, de cada uno de nosotros los humanos.
Ahora que está de moda, te diré que yo también formo parte de los “indignados”, pues no me gustan las cosas como están; pero me parece más positivo y objetivo no culpar solamente a los gobernantes de las naciones, sino también reconocer nuestras propias faltas: Falta de carácter al dejarnos dominar por nuestros sentimientos; falta de paciencia en el trato con los demás; falta de respeto cuando insultamos o juzgamos negativamente a los otros cada vez que no hacen lo que queremos, y la falta de control ante nuestros vicios.
En la vida requerimos de un rumbo bien definido por la verdad. Desafortunadamente la mayoría de la gente parece que no lo ve así. Viven para… sobrevivir, deseando la comodidad y el placer. Pero esos no son los ideales que pueden hacer que nuestro mundo mejore.
Hay un adagio latino que dice: “Omnia causa fiunt”. En inglés: “Everything happens for a reason”. Nosotros lo traducimos como: todo efecto tiene una causa. La armonía del Universo, y la que tenemos en la Naturaleza de este planetita, sólo pueden tener como origen una inteligencia divina. Sin Dios nuestra vida se vacía de contenido. Hay quienes identifican la casualidad con la causalidad y por eso niegan a Dios. Error, amigo mío, de graves consecuencias.
Ese enmarañado ser llamado hombre no puede ser comprendido en su totalidad sin un origen y un fin trascendente. Tooooodas las circunstancias que privilegian a la Tierra para que pueda darse la vida en ella, han sido “pensadas” por quien nos supera. Cuando descubrimos a Dios comenzamos a entender para qué estamos aquí. (Ahora sólo falta que lo hagamos).
Gracias mi querido 2011 por tantísimas oportunidades que me diste para cumplir esa voluntad de mi padre Dios.