Entre esposos
Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez
Cristóbal y Mercedes formaban
un matrimonio normal, pero últimamente estaban peleando mucho. En una de esas
discusiones decidieron que no se hablarían más. (Ya saben, la famosa ley del
hielo). Pero Cristóbal se acordó que tenía una importante partida de golf al día
siguiente y que necesitaba que su esposa lo despertara a las 5 de la mañana,
pues el despertador estaba descompuesto. Como no quería doblegar su orgullo
pidiéndole el favor de palabra, escribió en un papel: “Mercedes: Por favor
levántame a las 5.00 am”. A la mañana siguiente Cristóbal se despertó a las 9:00
de la mañana dándose cuenta que la famosa partida de golf habría empezado sin
él, y ya estaría muy avanzada. Se puso furioso, y cuando iba a reclamarle a
Mercedes por no despertarlo, se encontró un papel pegado en la cama que decía:
“Cariño: Ya son las 5:00. Levántate”.
No cabe duda; Cuando le hacemos caso al
cochino orgullo somos capaces de hacerle la vida imposible a quienes han
cometido la imperdonable majadería de molestar a su Alteza Serenísima o sea:
“Nosotros”.
Qué tremendamente difícil es el matrimonio, pues, entre otras
cosas, se vive, se come, se duerme, se comparte, se corrige, se padece y mucho
más con el cónyuge el resto de la vida desde el día de la boda. Mis respetos
señores y señoras casados y casadas. (Nota: Anoto en masculino y femenino pues
si no cuido la precisión al “mencionarlas” corro el peligro de morir de manera
inexplicable a manos desconocidas, en un desatinado accidente en un lugar
ignoto).
Si toda convivencia humana requiere de respeto, en el matrimonio
esta condición no debe admitir descuidos. La regla de oro en la convivencia
matrimonial es no decir jamás nada de lo que más tarde se vaya a arrepentir. No
insultar ni a la persona, ni a su familia, ni a sus amigos, ni sus preferencias,
ni sus manías, ni sus defectos.
Tampoco se deben decir malas palabras cuando
se está enojado, aunque vayan dirigidas al “pneuma” (Nota: Pneuma es aire en
griego, equivalente a lo que no se ve, espíritu indefinido, abstracto, casi
inexistente).
Será necesario cuidar el tono de voz recordando que todo tiene
un sentido distinto, e incluso contrario, dependiendo de la forma con que lo
digamos. Aquí aplica el principio de: es mejor cerrar la boca y esperar.
¿Cuánto? Hasta que haya pasado la tormenta, recordando que algunas pueden
estacionarse por varios días. Millones de personas han sobrevivido a los
huracanes gracias a que han sabido evitar enfrentarse a ellos.
Otro error
común es el uso de la ironía pues no admite el diálogo. Al ser ofensiva suele
provocar el contraataque y, en ocasiones, la venganza que puede ser tan
silenciosa y dañina como el piquete de una araña.
El amor en el matrimonio
hay que alimentarlo todos los días, como se hace en muchos campos de cultivo: a
base de un riego por goteo.