Reglamento de vacaciones
Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez
Hace algún tiempo tuve la oportunidad de pasar un día de campo con una familia muy querida, y como suele suceder, nada más comenzar el paseo, la esposa se quejó de la velocidad a la que manejaba su cuasi-angelical marido, lo que provocó el enojo del susodicho que se quejó de la quejosa. Fue entonces cuando les propuse: ¿Qué les parece si, desde este precioso momento, comenzamos a “disfrutar” del día llevando la fiesta en paz?
No cabe duda que las famosas vacaciones muchas veces se convierten en fuente de conflictos, así como de desgaste físico y emocional, cuando deberíamos aprovecharlas para descansar mientras nos esforzamos para mejorar en la comprensión y la unidad familiar. Por lo mismo, se me ocurre que vale la pena elaborar un código -a nivel familiar- que señale con claridad las actitudes necesarias para ello:
* Todos vamos a divertirnos y a descansar, por lo tanto “todos” somos responsables de ello.
* Todos podemos proponer lo que se nos ocurra, pero quien toma la decisión final es el padre de familia.
* Todos deberemos tener algún detalle de cariño, cada día, con cada uno de los miembros de la familia, y de no haberlo cumplido, se le puede pedir perdón por el descuido.
* El volumen de la música no deberá molestar a nadie, y todos oirán con paciencia la música que les guste a los demás. Para ello podrán organizarse turnos.
* Por motivos de seguridad y serenidad queda prohibido gritar y pelearse dentro del automóvil.
* No hay prisa ni para llegar, ni para regresar. La velocidad altera los nervios de quienes no manejan.
* Las vacaciones son para descansar. Si se regresa de mal humor no valió la pena salir de casa.
* No está prohibido trabajar durante las vacaciones, siempre y cuando sea en servicio de los demás: lavando los platos, contribuyendo a la limpieza de lugares y vehículos...
* Tampoco está prohibido ayudar a quien se encuentre necesitado, sobre todo si se trata de otra familia.
* Las vacaciones no autorizan el egoísmo.
Recuerde:
* Es mejor averiguar qué le está fallando al coche en el taller que en la carretera.
* Probablemente no necesite un botiquín durante el viaje, pero sólo “probablemente”.
* No gaste ni compre en las vacaciones lo que no necesite. (Esta norma es válida todo el año).
* En caso de sufrir un percance procure actuar cuanto antes para que el accidente no se haga mayor. Ponga a todos fuera de peligro, y avise de inmediato que hay una zona de peligro.
* Desvelarse aumenta el desgaste físico, la irritabilidad, y el riesgo de accidentes.
* No es indispensable emborracharse para divertirse.
* Dios está en todas partes y nos puede oír durante los trayectos. Es una buena oportunidad para rezar en familia.
* Lleve su cámara fotográfica.
* Los momentos de silencio también son valiosos.
* Se recomienda regresar un día antes... para descansar de las vacaciones.