Un Papa sin carisma

Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez  

 

Cuando se estaba realizando el cónclave donde fue elegido Benedicto XVI, se oían voces que anhelaban un Papa en disposición de abrir la Iglesia a las actuales formas de pensamiento y conducta del mundo en que vivimos. Esto no es más que otra manifestación de la inmadurez que nos está caracterizando.

Sin embargo -y gracias a Dios- SS Benedicto XVI sigue los pasos de Jesús de Nazareth, exigiendo coherencia, hablando claro, sin hacer rebajas en la fe y en la moral para abaratarlas y vender su producto con más facilidad. Gracias a esta postura de defensa de la verdad ha sabido mantener un liderazgo moral que quedó patente en su visita a la ONU la semana pasada.

Un Papa más que habla claro, sin amenazas, sin soberbia, sin humillar, pero recordando al mundo entero que venimos de Dios y lo peor que nos puede pasar es que nos olvidemos de Él.

En un foro del nivel de la Asamblea General de la ONU, donde cada palabra ha de cuidarse con gran esmero, resulta significativo que el secretario general de la Organización, Sr. Ban Ki moon, se refirió al Papa Benedicto XVI llamándolo “Your Holiness”, Su Santidad. (Nota: Quizás convenga aclararles a algunos que la ONU está muy lejos de ser una institución católica).

Esta visita ha ayudado, también, a cambiar la apreciación de muchos sobre la figura de Benedicto XVI, pues hasta ahora la prensa internacional se había preocupado de seleccionar las fotos menos positivas del Papa, para poder reforzar la imagen de un hombre duro e intransigente.

Ahí están grabadas las imágenes, para quienes quieran repasar la forma en la que los representantes de 192 naciones muestran su reconocimiento a ese intelectual que está entre los grandes del momento, cuando da un discurso haciendo hincapié en que los Derechos Humanos han de basarse en la dignidad de la naturaleza humana, y no en la visión subjetiva de algunos legisladores por intereses personales o partidistas, para que tiempo después puedan venir otros a cambiarlos.

Según algunos, este es el Papa sin carisma que sustituyó al gran Juan Pablo II, este es el Papa sin don de gentes, este es el Papa que no tiene capacidad de diálogo, este es la cabeza de una Iglesia que ha sido desprestigiada por la prensa en el mundo entero y que, sin embargo, sigue manteniendo un liderazgo moral de primer orden.

Benedicto XVI fue duro al hablar en contra de los sacerdotes pederastas, pero afirmó que lo será todavía más en la práctica que en sus discursos. No cabe duda que Dios sigue guiando la barca de Pedro y que ha querido poner como timoneles de ella a estos gigantes que, a lo largo de los últimos siglos, hemos podido contemplar. “Deo gratias”.