Mi muy estimado 2007

Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez 

 

 

En primer lugar déjame decirte que has sabido mantener la dignidad de tus antecesores. Si algo distingue a los años es su seriedad en cumplir con los 365 y 366 días a los que se han comprometido desde tiempos inmemoriales; sobre todo, cuando de forma impecable han sabido llenar cada día con sus puntuales 24 horas. La verdad es que dicha precisión es incomparable.

Quizás te parezca que le doy demasiada importancia a este asunto, pero permíteme aclarar que la formalidad entre los humanos, es decir, la forma de cumplir con nuestros compromisos está muy, pero muy lejos, de ser lo que debería, y esto provoca problemas tanto en los planes propios como en los ajenos, y lo peor de todo es que nos hemos ido acostumbrando, e incluso, solemos reírnos de ello, pero dichas bromas tienen más relación con la inmadurez que con un inteligente y equilibrado sentido del humor.

Pasando a otro tema, te diré que en lo referente al clima, tendrás que reconocer que fuiste un poco caprichoso. Aunque no debo culparte del todo, pues los hombres tenemos cada día más ingerencia y, por lo tato, más responsabilidad en este asunto. Es cierto que cada día crece el número de personas que se preocupan, y ocupan, del calentamiento global, pero la inmensa mayoría estamos lejos de pensar en cambiar nuestro “modus operandi” para reducir la emisión de contaminantes en la atmósfera. Me parece que podemos hablar de dos tipos de calentamientos globales, pues el otro es un mal humor generalizado, con constantes manifestaciones de agresividad en la vida familiar, profesional y por supuesto en el tráfico por calles y carreteras. De no ponerles remedios, no sé cuál de los dos traerá a la larga peores consecuencias.

Antes de que te retires a descansar, te quiero decir que me siento obligado a pedirte perdón por no haber sabido aprovecharte como debería, sacando adelante, con orden y constancia, tantos compromisos de trabajo, familia, amistad, descanso, enriquecimiento cultural, espiritual y físico. Reconocer que no te correspondí cuando te quedan unas horas de vida es vergonzoso, pero es mejor aceptarlo a cerrar los ojos ante la realidad por comodidad o cobardía. Ya sé que, por principio, el 2008 me dará las mismas oportunidades. Espero que sepa aprovecharlo mejor.

Ante las necias demandas que te harán muchos acusándote de sus desgracias, yo quisiera salir en tu defensa, pues tú supiste regalarnos tu vida y fuimos nosotros quienes decidimos cómo usarte.

¿Sabes una cosa? Estoy cayendo en la cuenta de que te convertiste en una parte muy importante en mi vida. Muchas gracias, y vete en paz, por mi parte yo te recordaré con cariño.