¿Iniciativa Privada o Intereses privados?

Autor: Padre Alejandro Cortés González-Báez 

 

 

No cabe duda de que estamos viviendo momentos especiales. Violencia, tiros, muertos, secuestros, retenes, custodios, policías, soldados, trampas, emboscadas, rostros cubiertos, granadas, levantones, ajustes de cuentas, culpables e inocentes, declaraciones, estrategias, amenazas, nervios, equipos especiales, grupos de élite, blindajes, cámaras ocultas, venganzas, arraigos, cantidades impensables de dinero, prisión, deportaciones, despenalización del aborto, escándalos políticos. Confiando en la llegada de un final que se antoja insospechado y tal parece que muy lejano.

Por otra parte, charlas de café y de oficina. Los datos y comentarios corren como pólvora encendida: “pues esto no pasaba antes aquí”. Qué barbaridad, ¿hasta dónde vamos a llegar? Que si son ex-militares…, que si viene de allá o acullá…, que si están coludidos con algunas autoridades… vaya usted a saber. No, mejor no vaya.

Lo cierto es que las causas de todo ello son varias y complejas. Entre otros motivos, está la cobardía de muchos que se dicen gente de bien y que quizás ni siquiera saben si sus hijos han probado drogas o las consumen habitualmente.

Los culpables de todo ello no vienen necesariamente de fuera: somos todos. Así es, aquí están involucrados los famosos pecados de omisión de muchos de nosotros. Aquí está la falta de coherencia de los empresarios que dicen consumirse por un patriótico interés por el país, pero la verdad es que la famosa “Iniciativa Privada” suele ser el disfraz de los “Intereses Privados” de personas, familias y grupos cerrados a los que parece no importarles el crecimiento de las desigualdades sociales mientras ellos no salgan perjudicados.

Culpables los padres de familia por no saber educar a sus hijos en virtudes tan importantes como la solidariedad, la templanza y el servicio a los demás. Culpables también nosotros los eclesiásticos por descuidar el verdadero amor a Dios y al prójimo relegando la autenticidad del culto y la auténtica evangelización, y no digamos en los casos de protagonizar escándalos injustificables.

Culpables los políticos y legisladores cuando sus intereses son contrarios al bien común, preocupándose de posturas partidistas o del provecho personal, incluso aprobando abortos. Al propósito copio un párrafo del número 83 de “Sacramentum caritatis” de SS. Benedicto XVI donde dice: “Estos valores no son negociables. Así pues, los políticos y los legisladores católicos, conscientes de su grave responsabilidad social, deben sentirse particularmente interpelados por su conciencia, rectamente formada, para presentar y apoyar leyes inspiradas en los valores fundados en la naturaleza humana”.

“El que esté libre de culpa que arroje la primera piedra”.